Un pueblo llamado España

Seis meses. Ese es el tiempo que llevo viviendo en tierra carioca y el tiempo que llevo alejado de España, Madrid y mi gente; en todo ese tiempo casi no he padecido el síndrome llamado "morriña" y no he tenido la necesidad imperiosa de volver, pero si ha habido un momento en el que hubiera deseado estar en Madrid sobre todas las cosas. La semana del movimiento 15M.

Desde estas lejanas tierras todo se ve diferente y me perdonaréis mi análisis subjetivo del movimiento y sus implicaciones. Desde mi punto de vista, alejándome de la política y de lo que pueda o no pedir dicho movimiento, es un paso adelante en la sociedad española. Un paso adelante, porque hemos gritado y hemos dicho al mundo entero que somos una sociedad implicada, con inquietudes, que grita de dolor y que pide un cambio. ¿Qué cambio? Dependerá de cada una de las miles de personas que en Madrid, Barcelona, Bilbao, Londres o Río de Janeiro han salido a la calle a gritar y del punto de vista individual de cada uno de ellas, pero lo cierto es que hay voluntad por un cambio.

Pido que nadie me hable si el movimiento estaba orquestado por la izquierda o para favorecer a unos u otros, o si en las acampadas hay más o menos perroflautas o titulados. La realidad es que en una concentración tan grande habrá de todo y, por desgracia, habrá gente que aproveche para soltar su discurso antisistema o derechista. Nada es perfecto. Yo me quiero quedar con la esencia de lo que ha sucedido, la movilización. He visto a mucha gente que ha encontrado en ese movimiento la vía de escape de su enfado, frustración e ira por lo que está pasando, y que se ha unido para gritar, eso sí, pacíficamente; contra el sistema. Un sistema que nos ha llevado hasta la situación actual. Y con sistema, no me refiero al sistema capitalista o demócrata, sino al entramado de políticos que hemos permitido aprovecharse de ese sistema con fines ególatras y partidistas, alejándose de su principal función, gobernar por y para el pueblo.

España y el mundo ha gritado, ha gritado DEMOCRACIA REAL YA. Para mí, esas palabras tiene unas implicaciones que tal vez no tenga para nadie más, pero que es por lo que yo he gritado. El poder es del pueblo y es el pueblo el que elige a sus representantes, por lo que estos representantes son elegidos para garantizar el bienestar que el pueblo quiere y garantizar además el buen funcionamiento del mismo. En los últimos años, la tortilla se había dado la vuelta y parecía que el poder residía en los políticos y que el pueblo tenía poco o nada que decir. Para mi, este movimiento representa la indignación del pueblo y un toque de atención al sistema político. Les estamos diciendo que no todo vale y que somos nosotros los que tenemos ese poder otrora perdido y no ellos, somos nosotros los que alimentamos nuestro cerebro y por tanto somos nosotros los que razonamos y pensamos por nosotros mismos. Les decimos que no seremos más teleñecos a los que utilizar y que no dejaremos que vuelvan a menospreciar nuestra implicación en el devenir de nuestro país, de nuestro pueblo.

Cada uno tendrá una lectura de lo que este movimiento representa. La mía es clara, el pueblo pide lo que ha perdido, el poder. Ahora toca mover ficha a los políticos y escuchar a la población con alguna de sus peticiones, tales como la remodelación de los planes de pensiones de sus "señorías" o un plan económico capaz de solventar la precaria situación. Por no hablar de la corrupción y las recalificaciones de terreno abusivas. La lista es interminable.

De momento el pueblo habló. Estemos o no de acuerdo. El pueblo busca el cambio con el PP a la cabeza y el pueblo, en este caso el vasco, ve en Bildu un partido en el que confiar sus ilusiones y esperanzas. Sin buscar explicaciones ante estos dos hechos notables, sólo nos cabe esperar acontecimientos y tener esperanzas en lo que el pueblo ha elegido. Aunque visto por otra parte, ¿cuál era la alternativa? Como digo, hay muchas explicaciones y todas válidas. Lo que está claro es que el pueblo estará encima, expectante y velando por sus intereses y que les hemos dejado ver que esto puede ser el comienzo de algo más grande. Mucho más grande.

No dejaremos que jueguen con nuestro futuro.