miércoles, junio 08, 2011

Brasil, el verdadero reducto comunista

No nos engañemos, la URSS no murió, simplemente se trasladó a climas más tropicales y cambió su nombre por Brasil.


Tal vez mucho no sabéis que en las costas de Brasil se ha descubierto una bolsa de petróleo de dimensiones descomunales. En la actualidad, donde el petróleo juega un papel tan activo en la economía mundial y que puede, por si sólo, hacer que un país pase de la absoluta miseria a la riqueza más absoluta; el hecho de tener en tu terriotorio dicho recurso energético y sobre todo, tener el control del mismo, hace de su propietario una potencia económica absoluta.


Y es que ahora se ha puesto de moda la exploraciones en el mar (OFFSHORE), después de que los países árabes y Rusia estén explotando sus explotaciones en tierra (ONSHORE) y que tras casi tener identificados todos los puntos, sólo nos quede lo que el líquido elemento oculta y es que el terreno que cubren los océanos y mares estres cuartas partes del planeta tierra. Un terreno por descubrir en cuanto a petróleo se refiere; y es en las costas de Brasil, como decíamos, donde se ha encontrado la llamada PRE-SAL, un bolsa de más de 800 km de longitud y 200km de ancho, es decir, ¡una barbaridad de oro negro! Y es aquí donde entra PETROBRAS, empresa nacional que tiene el control sobre el 96% de dicha macro bolsa y que ,a través del gobierno y la ANP (Agencia Nacional para el Petróleo) dictan las normas de como se realizará la exploración, explotación y producción de PRE-SAL.

Como decía, PETROBRAS es una empresa nacional mundialmente conocida por ser patrocinadora de muchos eventos deportivos, equipos deportivos, eventos sociales y, para los que están más metidos en el mundo de las energías, una petrolera-ingeniería-constructora-ministerio de dimensiones desconocidas.

Dentro de esta situación, aparecen las empresas extranjeras cuyos negocios están directamente relacionados con el OFFSHORE y el ONSHORE (Brasil tiene que construir enormes refinerías y oleoductos) a nivel mundial para poder participar en todos los proyectos que van a estar relacionados en el proceso de exploración, explotación y producción. Como es la construcción de plataformas petrolíferas, navíos de transporte, refinerías, oleodúctos, etc. Pero Brasil, la cual ya de por sí tiene unos impuestos por importación (aranceles) altísimos y que en productos derivados en esta industria llega a rozar el 25%, ha tomado las riendas de su destino con una política muy agresiva y sobre todo, muy arriesgada aunque secundada por todo el pueblo. Esta política es de protección del producto nacional y tiene como fin que las empresas brasileñas se beneficien sobre las extranjeras en la consecución de proyectos y suministro de equipos y que, a su vez, genere un revolución industrial y tecnológica. El llamado "contenido local".

El contenido local, es una ley promovida por el propio gobierno donde se dicta unos mínimos y unos máximos de contenido local en las nuevas construcciones. Esto quiere decir que para la construcción de un navío, al menos el 60% del material y de la mano de obra para su ejecución tiene que ser de origen brasileño, porcentaje que por otra parte se incrementa cada año hasta alcanzar un 90% en algunos casos.

Ademas, hay que decir en este sentido, que toda empresa deberá tener un certificado de contenido local que diga el porcentaje de contenido local que tiene cada producto que venda, es decir, si alguna pieza dentro del producto o personal relacionado en su producción es de origen extranjero, perderá porcentaje de contenido local incluso teniendo en cuenta que la empresa fuera brasileña, pague sus impuestos y que haya pagado igualmente un alto impuesto de arancel por conseguir esa pieza que es imposible conseguir en Brasil. Sin ese certificado, aún siendo empresa brasileña, el contenido local será de 0%. Una auténtica locura, llena de lagunas legales y que es un camino de minas tanto para empresas brasileñas como extranjeras, las cuales están en la coyuntura de si montar su filial y fábrica en Brasil para poder optar a participar en este nuevo y gigante mercado o, si por el contrario, esperan acontecimientos hasta que Brasil se de cuenta de que esa política no funcionará (si es que se produce dicho escenario). Decisión difícil, porque el primero que entre en un sector concreto, realizará un posicionamiento de mercado que le favorecerá, pero que tendrá un riesgo en caso de que este sistema se suspenda o, que la propia PETROBRAS se pueda saltar a la torera, en pos de conseguir sus objetivos de producción.

Como todos podréis comprender, un país que se encuentra con una bolsa de petróleo de dicha magnitud no tiene las infraestructuras adecuadas. No tiene astilleros para construir todo lo que precisan construir (300 navíos, decenas de plataformas...) y sobre todo, no tiene personal cualificado; tampoco tiene industria del tratamiento del petróleo y, aún en el caso de tener todo esto, no tiene ni fabricantes suficientes ni suficientemente preparados tecnológicamente y con experiencia en este campo como para poder dar suministro de todos los equipos que precisan estas nuevas construcciones. Si a esto le sumamos que el plan de renovación de flota y construcción para la extracción y producción quiere ser finalizada en 10 años, el asunto se pone más feo. ¿Qué país, incluso los más avanzados tecnológicamente, pueden en 10 años dar soporte a una industrial que en 10 años crecerá por encima del 5000%? La respuesta es sencilla, ninguno.

Un alto cargo de una de las mayores EPCI (Empresa de "Engeneering, Procurement, Construction & Installation") decía no hace mucho que Brasil deberá elegir entre mantener y aumentar la explotación del petróleo para con ello, crecer exponencialmente a nivel económico, o detener ese avance a costa de mantener el Contenido Local en sus construcciones. Lo que está claro es que el sistema, como mucho de lo que narra el comunismo, es muy bueno en la teoría, nosotros encontramos un recurso muy valioso y nosotros nos enriquecemos sin dar nada a nadie y sin que las potencias capitalistas nos roben nuestro recurso; la realidad, vuelve a poner de manifiesto que en un mundo, donde se quiere romper fronteras, eso no es posible y que el comercio internacional es imprescindible. Tal vez, en la actualidad, el sistema económico más comunista podría ser el sistema que más beneficie a tu país dadas las circunstancias o cuanto menos, el que menos le perjudique.

Brasil está ante un reto muy importante que le puede llevar a lo más alto o que puede hacerle fracasar de forma estrepitosa. De cualquier forma, con todo el petróleo que tienen, la mejora económica del país será evidente, la cuestión es si serán capaces de maximizar ese proceso o si por el contrario derrocharán tiempo y dinero en utopías marxistas.

Muchos de vosotros, tendréis ahora mismo muchas dudas o no habréis entendido nada de lo explicado, puedo deciros que yo llevo más de 6 meses trabajando en este mercado y aún estoy intentando comprender el motivo de todo este jaleo al que nadie ve el sentido, salvo las empresas brasileñas, que piensan que podrán absorber todo la producción, cosa que tecnológicamente no podrán realizar en mucho tiempo.

Como reza el título, Brasil es el verdadero reducto comunista. Habrá que ver si son capaces de mantener los planes y la política en su realidad utópica. Mientras tanto, el mundo glogalizado esperara su oportunidad.

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